diario de noticias de alava
Las torres de Zabalgana acechan el pueblo de Ali
En una acalorada reunión en el Palacio Europa, los vecinos han rechazado las dos propuestas del Ayuntamiento para construir más bloques de pisos y de mayor altura. Piden que se respete la idea inicial de cerrar la ciudad con casas bajas y zonas verdes, como se les prometió.
R. Ruiz de Gauna -
AL Norte, las torres de Sansomendi; por el Este, la ciudad de Vitoria; al Oeste, la Mercedes, y ahora, por el Sur, nuevos bloques de viviendas en Borinbizkarra y Elejalde, donde el Ayuntamiento planea levantar hasta quince alturas. Los vecinos de Ali no salen de su asombro al comprobar cómo su pequeño pueblo, de casas bajas, va a quedar cercado bajo una muralla de gigantes.
El malestar se palpa en el pueblo, y basta con acercarse a las viviendas de la calle Ceferino Uríen, a las antiguas casas de la DKV e, incluso, a los aledaños de su peculiar iglesia para comprobar el rechazo del barrio a la nueva expansión aprobada en agosto del pasado año por la Corporación municipal.
Esta preocupación quedó clara en la reunión celebrada hace diez días en el Palacio Europa, cuando los vecinos de Ali rechazaron las dos alternativas presentadas por el Ensanche 21. Ahora, esperan que el gabinete de Patxi lazcoz se avenga a razones y les presente una tercera propuesta, menos agresiva para el pueblo y para las 400 familias que en él residen.
"Sabemos que la ciudad tiene que crecer y no nos oponemos a que se construyan viviendas si se necesitan, únicamente queremos que se mantenga el Plan actual y se respete la idea inicial de cerrar el pueblo con viviendas adosadas y zonas verdes, como se nos prometió; no con 25 torres de diez o quince alturas como plantean ahora", sostiene el presidente de la Junta Administrativa, José Ignacio Fernández de Larrea.
En Ali, la opinión generalizada es similar a la de su regidor; temen perder calidad de vida si les plantan un edificio de siete o diez alturas a escasos veinticinco metros de la puerta de su caserío, como ya les ocurrió cuando se edificó Sansomendi. La mayoría prefiere mantenerse en el anonimato, pero están dispuestos a dedicar lo que queda de octubre a presentar alegaciones a una expansión que ya tachan de desmesurada. "Hay que diversificar más, ¿por qué no levantan parte de estas torres en Armentia, junto al Caserón?, se preguntan.
Y es que, los números cantan. En Zabalgana hay sectores en los que se contempla una densidad de hasta 118 viviendas por hectárea, lo mismo ocurre en Salburua, mientras que en pueblos como Aretxabaleta, por ejemplo, ronda las 27 y en Armentia desciende hasta diez viviendas por hectárea.
"Parece que no se quiere respetar la calidad de vida de los que llevamos toda la vida viviendo en el pueblo, únicamente se busca el bienestar de los futuros residentes", apunta el presidente del concejo. Además, "hay ciudadanos que han invertido sus ahorros en adquirir un terreno sobre el que se iban a levantar viviendas unifamiliares, y ahora se enteran de que lo que van a tener son bloques de hormigón; no se puede vivir con esa incertidumbre".
de zabalgana a la avenida Fernández de Larrea tiene claro que los grandes damnificados de la expansión de la ciudad son siempre los pueblos que conforman el cinturón de Vitoria. Ocurrió hace décadas en Arriaga y Abetxuko, y ahora temen que la historia se repita en Ali y este pequeño pueblo de 899 habitantes, quede atrapado entre la maraña urbana.
Desde que en 1958 comenzaron las primeras expropiaciones previas a la instalación de la empresa Mercedes, los más viejos del lugar "tiemblan" cada vez que alguien del Ayuntamiento recala en el barrio. Los terrenos de Ali han ido mermando a la misma velocidad que ha crecido Vitoria. La construcción de Sansomendi le supuso perder la mitad del suelo agrícola que antaño se extendía hasta Txagorritxu, Gazalbide y ocupaba parte de la Avenida de Gasteiz, el actual barrio de Zabalgana y hasta una esquina de Ariznabarra.
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